Historia: El Instituto Colombiano de Medicina Tropical “Antonio Roldán Betancur”, conformado como una corporación de participación mixta con fines de interés público y social fue creado en 1989, por quien siendo gobernador del Departamento, tuviera la iniciativa de fundar esta institución de carácter académico y científico para que hiciera un aporte a la salud de los antioqueños.

Son 25 años de arduo trabajo donde sus investigadores, han luchado por este proyecto científico de generar conocimiento a través de la investigación y de aportar a la salud de la región, del país y del mundo, como lo demuestran la gran cantidad de publicaciones a nivel nacional e internacional que pasando por los cinco continentes han aportado a miles de estudiosos en la materia.

Son 25 años de historia, donde diferentes entidades del sector salud; prestadores, universidades, sector gobierno; se han comprometido con este proyecto de institución y que hoy con la participación del CES y de la DSSA, renace para servir a la comunidad. Han participado como socios corporados de la institución, el Hospital Pablo Tobón Uribe, el Hospital General de Medellín, el Hospital Antonio Roldán Betancur de Apartadó, la Universidad Pontificia Bolivariana, la Universidad de Antioquia, el Instituto de Ciencias de la Salud CES, la Secretaría de Salud de Medellín, la Dirección Seccional de Salud de Antioquia y la Corporación para Investigaciones Biológicas CIB. Luego de una reforma en sus estatutos, que se consolida el año 2003, la mayoría de sus miembros renuncian a su participación y quedan solamente la Dirección Seccional de Salud de Antioquia y el Instituto de Ciencias de la Salud CES como representantes de esta digna institución, y esta última encargada de su administración y dirección.

Durante estos veinticinco años se han vivido situaciones difíciles, otras no tanto, pero siempre con el garante de continuar con la labor en pro de la comunidad y de trabajar por el bienestar de los colombianos a través de sus actividades en investigación y salud.

Son 25 años de reconocimiento científico como lo demuestra la caracterización de COLCIENCIAS como grupo de excelencia en investigación hace algunos años y que hoy sigue reconociendo esta Institución, principal patrocinador de la Investigación en Colombia de origen estatal.

Pero no todas han sido satisfacciones, el ICMT se ha visto afectado por la violencia en las zonas de influencia donde se desarrollan sus actividades de campo, zonas rurales que no siendo suficientemente afectadas por las enfermedades tropicales, también han sufrido el flagelo de los grupos al margen de la ley, empobreciendo cada vez mas a las comunidades y obligando a poblaciones enteras al desplazamiento de sus parcelas, llegando a lugares inhóspitos y a un ambiente completamente hostil para ellos y sus familias. No obstante estas adversidades, el ICMT no ha dejado de hacer presencia donde se requiera de sus servicios, de transmitir sus conocimientos o de investigar las particularidades de las enfermedades de su experticia. Sus investigadores se han visto obligados a desviar el camino, a suspender las travesías o a pernoctar en parajes donde la desolación es el factor común. Sin embargo, la tarea continúa.

La situación económica también se ha convertido en una talanquera para el que hacer institucional, a tal punto que en momentos pasados de la historia, el ICMT estuvo a punto de extinguirse como organización debido al déficit en sus finanzas. En este aspecto la Investigación ha sido una de las grandes afectadas, pues en épocas de crisis, esta pasa a un segundo plano en las prioridades de los gobiernos. La búsqueda de recursos se convierte entonces, en el principal enfoque de los esfuerzos, tocando la puerta de cualquiera que pudiera apoyar este proyecto social, científico y académico. Son muchas las instituciones que han participado de este apoyo, sin embargo no ha sido suficiente para soportar la dura carga de sus egresos. Ahora con el decidido apoyo institucional que le brinda el CES, se respira un nuevo oxígeno que comienza a mostrar sus frutos, pues ya la comunidad académica y científica percibe una institución renaciente y en crecimiento.

La investigación no ha parado y sus responsables siguen luchando por sacar adelante sus proyectos, por conseguir financiación y por publicar sus resultados, que es el fin último de la investigación básica, la divulgación de sus hallazgos.